Las altas temperaturas pueden afectar nuestra salud, especialmente a los niños menores y a los adultos mayores, quienes son más vulnerables a golpes de calor y deshidratación. Sigue estos consejos para protegerte a ti y a tus seres queridos:
Evita la exposición innecesaria:
Limita las actividades al aire libre, especialmente entre las 11:00 y las 17:00 horas, cuando el sol está más intenso.
Si debes salir, usa ropa ligera, de colores claros y un sombrero o gorra para protegerte del sol.
Hidrátate constantemente:
Bebe abundante agua incluso si no sientes sed.
Evita bebidas alcohólicas o con alto contenido de azúcar, ya que pueden favorecer la deshidratación.
Protege a los más vulnerables:
Asegúrate de que los niños y los adultos mayores beban suficiente agua y permanezcan en lugares frescos.
Nunca dejes a niños, adultos mayores o mascotas dentro de un vehículo cerrado, incluso si es por poco tiempo.
Cuida tu alimentación: Prefiere comidas ligeras, como frutas y verduras frescas, que ayudan a mantener una buena hidratación.
Refresca tu hogar:
Mantén ventilados los espacios cerrados.
Usa cortinas o persianas para bloquear el sol directo.
Conoce las señales de alarma:
Dolor de cabeza, piel seca o muy enrojecida, mareo y confusión pueden ser signos de un golpe de calor. En estos casos, busca atención médica inmediata.
Recuerda: prevenir es la clave para disfrutar del verano de manera segura. ¡Cuida tu salud y la de tu familia!
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